Alicia Ortego
vistas de pájaro sobre Palermo, y más
El Duomo o Catedral de Monreale es el principal atractivo turístico de esta pequeña localidad que se sitúa en un monte próximo a Palermo, a 8 km. concretamente, y desde donde se domina esta ciudad y la costa mirando al Mar Tirreno.... es realmente uno de esos monumentos que os dejarán con la boca abierta, con sus propios rincones, ya que además de los magníficos mosaicos bizantinos que guarda en su interior, se puede, por ejemplo, subir a sus tejados por el módico precio de 2 €... Para ello, tenéis que dirigiros a uno de los extremos de la nave central, ya dentro (visitar el interior es gratuito), y veréis una mesita con un señor que os cobrará la entrada.
La subida se inicia por unas escaleras de caracol, un pasaje bastante estrecho... Subiendo hay un par de estancias donde parar y asomarse, pero lo mejor está arriba. A través de un par de pasarelas de metal, y pasillos (cuidado con la cabeza los que seáis altos) abovedados, de piedra, se recorre una buena parte de esta gran catedral, desde las alturas. Andando sola por esos pasillos no pude evitar pensar en los monjes que quizá antiguamente los recorrían ya fuera para tocar las campanas o para, quién sabe, intrigar, como en las películas, je, je...
Las vistas son preciosas, tanto al claustro que hay justo debajo, como al pueblo de Monreale y Palermo al fondo... Si no hay calima, dicen que se ve el Etna.
Yo me encontré sólo con un par de personas que volvían mientras yo iba, así que estuve deambulando por allí sola, sacando fotos a placer y llenándome la vista con ese magnífico paisaje.
Además, me quedo con la sensación de estar a punto de echar a volar (cuidado con el vértigo, y yo tengo un poco), y con poder ver de cerca los detalles que muchas veces se nos escapan desde abajo: cerámicas adornando escaleras que suben a torrecillas, las tejas vidriadas de los distintos tejadillos y niveles de alrededor...
Insisto, merece la pena tomarse un rato para subir y disfrutar esta parte del Duomo de Monreale :)
Las vistas son preciosas, tanto al claustro que hay justo debajo, como al pueblo de Monreale y Palermo al fondo... Si no hay calima, dicen que se ve el Etna.
Yo me encontré sólo con un par de personas que volvían mientras yo iba, así que estuve deambulando por allí sola, sacando fotos a placer y llenándome la vista con ese magnífico paisaje.
Además, me quedo con la sensación de estar a punto de echar a volar (cuidado con el vértigo, y yo tengo un poco), y con poder ver de cerca los detalles que muchas veces se nos escapan desde abajo: cerámicas adornando escaleras que suben a torrecillas, las tejas vidriadas de los distintos tejadillos y niveles de alrededor...
Insisto, merece la pena tomarse un rato para subir y disfrutar esta parte del Duomo de Monreale :)
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