Sandra Otero
Blancura
Todo Mahón destaca por sus fachadas blancas. Lo mejor es perderse por sus calles, que muchas veces tienes la sensación de haber pasado ya por allí según la vas recorriendo, pero siempre hay algún rincón que te sorprende.
Muy tranquilo salvo en sus fiestas, que el centro se convierte en locura, sobre todo la plaza principal, que se llena de gente.
Muchas de sus calles tienen callejones que desembocan en miradores repartidos por toda la desembocadura al mar.
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