Rocio Ruiz Maroto
En cuanto crucé la puerta del hotel me ...
En cuanto crucé la puerta del hotel me di cuenta de que era un sitio mágico, que escondía algo que yo tenía que intentar descubrir, es pequeño pero si estás allí no te puedes imaginar lo hondo que te llega la grata sensación que emite el lugar.
No es uno de esos sitios que vienen ya hechos de fábrica (por así decirlo) está cuidado al detalle, sacado de algún cuento (excepto por los cuadros de toros y toreros españoles)pero los cuales adoran allí.
Yo recomiendo encarecidamente que si no sabeís donde de escapada o de retiro espiritual, que vayáis a Nîmes que el pueblo también es
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