Paseando en barco por el río Chicago, este es uno de los rascacielos que llama la atención. Según nos explicaron, es de uso residencial pero lo verdaderamente curioso es que sus primeras plantas son un parking y los coches se pueden apreciar perfectamente desde fuera. Un sistema que jamás había visto en España.
Se trata de dos torres gemelas de 65 pisos cada una, situadas en State Street a orillas del río Chicago.
Su silueta es inconfundible: Se les asemeja con dos mazorcas de maíz, sin duda un homenaje al campo, origen de la ciudad de Chicago. Otro detalle llamativo es que las 19 primeras plantas son un parking público, PERO se pueden ver los coches aparcados desde la calle. Entre el piso 20 y el 61 son todo apartamentos.
Construido en 1964, este complejo residencial albergó en su día una sala de cine que se transformó con los años en un club de jazz.
No subí a la azotea donde hay un
Marina City es uno de los proyectos arquitectónicos clásicos de Chicago. Se trata de dos torres gemelas en una característica forma de panocha que, en su momento, resultaron revolucionarias por su forma orgánica. El nombre de City (ciudad) obedece a que fue concebido como una gran complejo residencial y de oficinas que albergaba gran cantidad de servicios, por lo que los residentes no tenían ni que salir del edificio para sus ratos de ocio y de compras.
Actualmente ha sido superado en diseño e innovación por multitud de edificios a su alrededor, pero no ha perdido su encanto ni se ve anticuado pese a que acaba de cumplir 50 años. Una de sus características más llamativas es que que las primeras diecinueve plantas de cada torre son de aparcamiento. Desde abajo se ve los vehículos colgar sobre el vacío (en realidad hay unos hierros bastante gruesos que los retienen, pero son poco visibles). Impresionante. Como proyecto arquitectónico hay que notar que en los apartamentos apenas hay ningún ángulo recto, algo que debe dificultar un poco a los propietarios encontrar mobiliario adecuado...
