ANADEL
Algo alejado del centro y en la misma carretera, es cómodo para aparcar.
Aquí vienen autobuses de jubilados a comer, turistas a dormir a sus habitaciones y vecinos del lugar, el ritmo es incesante, y el ruido puede resultar ensordecedor.
El menú es aceptable, tampoco para tirar cohetes, un arroz con almejas algo insípido, garbanzos normales y un plato combinado de segundo, lo mejor el arroz con leche.
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