Para mayor gloria de Alá y del Rey
La idea de construir una gran mezquita fue del rey Hassan II, que quería un edificio que representara para Africa del Norte lo mismo que la Estatua de la Libertad para Estados Unidos.
El templo nació como prueba de fe, como un gran acontecimiento religioso, en la ciudad más laica entre las marroquíes. Se buscaba revitalizar el orgullo nacional y afianzar la fidelidad al precepto coránico, debilitada por la cultura occidental, y unirla al proceso de relanzamiento económico de Marruecos y a su impetuoso desarrollo turístico.
Lo curioso, es que el proyecto se encargó a un arquitecto francés, Pinseau, con la idea de que fuera el segundo (nunca el primero) templo musulmán mas grande del mundo después de la Meca.