Taurie
Uno no puede marcharse de Hallstatt sin...
Uno no puede marcharse de Hallstatt sin haber visitado antes las Minas de Sal. Para ello será necesario subirse al funicular, o tomar el caminillo a pie (sólo para los deportistas), y así salvar la altura que separa el lago del yacimiento arqueológico que da nombre a una cultura que podemos situar entre el Bronce Final y la I Edad del Hierro.
A pesar de que los enterramientos en sí no puedan visitarse (de hecho, tras ser excavados fueron de nuevo enterrados), sí podemos recorrer desde la estación del funicular hasta la entrada a las minas un camino en el que se nos ofrecerá información sobre las excavaciones, los hallazgos, etc.
La visita a las Minas es bastante amena por cuanto antes de entrar nos habremos de colocar un mono y un gorro con linterna, y a lo largo de la visita habrá un par de sorpresas que no desvelaré. Por este motivo, los niños pueden pasar un buen rato. La visita guiada se complementa con vídeos dentro de las minas.
Si se nos ha hecho ya la hora de la comida, podemos disfrutar del restaurante que se encuentra allá arriba y desde el que se pueden contemplar unas vistas espectaculares del lago Hallstatt.
Para los que gusten del senderismo, creo que existen rutas guiadas.
Si se nos ha hecho ya la hora de la comida, podemos disfrutar del restaurante que se encuentra allá arriba y desde el que se pueden contemplar unas vistas espectaculares del lago Hallstatt.
Para los que gusten del senderismo, creo que existen rutas guiadas.
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