Un balcón al oceano
Aunque desde el Mirador das Neves no se ve al sol marcharse por el Atlántico, este punto alto de la capital de Madeira resulta buen lugar para despedir el día.
Aquí Lorenzo se oculta suavemente tras parte de Funchal. A la izquierda el océano acaricia el muelle en el que atracan buena parte de los cruceros que llegan a la capital de la isla. A la derecha el blanco de las casas que inundan la ladera poco a poco va perdiendo su intensidad.
Es un bonito espectáculo. A mi me gustó mucho a pesar de que me acompañó durante la experiencia una banda sonora se coches a toda velocidad. Recomendable subir en coche o taxi (calcula 20 euros, quizá un poco menos).