Desde el mar
La llegada en barco a Estocolmo es una belleza. El viajero se hace a la idea de como va a ser la ciudad.
Tiene roscones muy bonitos y tranquilos. Cuando estuvimos era julio y el tiempo nos acompaño en todo momento , llamándonos la atención la cantidad de gente aprovechando el sol en bancos aceras y escaleras.
Una ciudad que la recorres muy bien paseando, con toda tranquilidad, pues es tranquila y sus gentes muy hospitalarios.
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