E.Sonia Requejo Salces
Desde donde atrapar la esencia
Sin lugar a dudas es la panorámica ideal, el mirador de Patkuli. Disfrutando de una fabulosa vista de los tejados del barrio del castillo, de los torreones de cuento en las murallas, del casco antiguo de Tallin.
Su Iglesia gótica y Torre de San Olav, con su aguja puntiaguda de 159 metros, considerada como la más alta del mundo, que ya es decir, gigantesca.
Fue en 1267 que se edifico, dedicada al rey " Olaf II de Noruega ", en su interior hay amplias naves abovedadas que fueron reconstruidas, tras el incendio en 1830.
Y como telón en el horizonte, el mar con el área del puerto y sus intenso trafico.
Sera en la colina de Toompea, al este de la esquina donde se encuentra una amplia zona verde, con una gran plataforma en desnivel si no recuerdo mal.
Y desde ella sus vistas son increíbles del casco medieval, un barrio de los más populares y perfecto para el atardecer.
Torres defensivas centenarias de diferentes grosores forman los muros del pueblo, alguna también reciente. De las más altas hoy en día la de la televisión que se ve a lo lejos.
Pero la que llama la atención, es la torre Kiek in de Kök, de los cañones con 38 mt de altura. Hoy una torre que alberga un museo de fortificaciones, armas y objetos de la vida en época medieval y cuyo significado " echad un vistazo a la colina " que es lo que hicimos.
Muros de cuatro meros de espesor, que fueron perforadas por Iván el Terrible en el Siglo XVI, en cuya pared se pusieron hileras de balas de cañón en señal conmemorativa.
Las áreas de Kalamaja y Pelgulinn a la izquierda de la ciudad, en dirección a la zona del ferrocarril.
Y hacía el acantilado por escalones serpenteantes se llega a la calle Nunne y al parque Shnelli, donde se encuentra la zona de relax de esta bonita ciudad medieval.
Disfrutando del medievo por el pasaje adoquinado de Santa Catalina, en Katariina Kaik. Muros de un antiguo monasterio, bóvedas y arcadas soportando la historia de siglos en sus piedras adoquinadas, incluso alguna lápida con relieves, una calle medieval que hay que recorrer.
Y la puerta Viru, con sus dos torreones, tan emblemáticos que fortificaron las muralla del casco antiguo y que es una delicia pasar por ella.
Y desde ella sus vistas son increíbles del casco medieval, un barrio de los más populares y perfecto para el atardecer.
Torres defensivas centenarias de diferentes grosores forman los muros del pueblo, alguna también reciente. De las más altas hoy en día la de la televisión que se ve a lo lejos.
Pero la que llama la atención, es la torre Kiek in de Kök, de los cañones con 38 mt de altura. Hoy una torre que alberga un museo de fortificaciones, armas y objetos de la vida en época medieval y cuyo significado " echad un vistazo a la colina " que es lo que hicimos.
Muros de cuatro meros de espesor, que fueron perforadas por Iván el Terrible en el Siglo XVI, en cuya pared se pusieron hileras de balas de cañón en señal conmemorativa.
Las áreas de Kalamaja y Pelgulinn a la izquierda de la ciudad, en dirección a la zona del ferrocarril.
Y hacía el acantilado por escalones serpenteantes se llega a la calle Nunne y al parque Shnelli, donde se encuentra la zona de relax de esta bonita ciudad medieval.
Disfrutando del medievo por el pasaje adoquinado de Santa Catalina, en Katariina Kaik. Muros de un antiguo monasterio, bóvedas y arcadas soportando la historia de siglos en sus piedras adoquinadas, incluso alguna lápida con relieves, una calle medieval que hay que recorrer.
Y la puerta Viru, con sus dos torreones, tan emblemáticos que fortificaron las muralla del casco antiguo y que es una delicia pasar por ella.
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