Un lugar para admirar
Ayer lunes al levantarme, sentí que era uno de esos días que te apetece realmente estar sólo y al aire libre. Tomé el coche bastante temprano y me dirigí a una zona de la comunidad de Madrid a que realmente admiro, la Sierra Norte.
Mientras que iba conduciendo, tenía en mente varios lugares donde ir. Lugares todos donde realmente pasar unas horas sólo y libre de mis ataduras cotidianas. Hasta que pasé La Cabrera no me decanté por este mirador, la verdad es que hacía bastante tiempo que no iba por allí y me apeteció enormente volver allí.
La verdad es que tuve suerte con la climatología ya que el cielo plomizo que me acompañó durante todo el trayecto, se iba disipando conforme llegaba a mi destino. Una vez allí, no es que luciese el sol plenamente, pero algunos rayos se escapaban entre las nubes y además la temperatura era casi perfecta.
La tranquilidad, el sosiego y el silencio que encontré hizo de ese momento algo especial. Allí no había persona alguna y hasta las vacas se pusieron de acuerdo para no enturbiar mi soledad.
Desde mi última visita, había habido algún cambio. En medio de la pradera ahora existe un monolito de piedra que representa el monumento al Guarda Forestal y a uno metros de el, una especie de reloj con una aguja que con el extremo de la fecha, te va indicando los picos, collados y accidentes orográficos que puedes admirar desde allí. Bastante interesante para quienes nos gusta la montaña. ¡Volveré!
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