Mirador de Santa Catalina

La felicidad es tan simple como una puesta de sol con una vista panorámica sobre los tejados de Lisboa y el río Tajo. Tienes que subir y subir escaleras en las empinadas calles de la ciudad para llegar al Mirador de Santa Catarina. En el barrio de Chiado, que es un lugar de encuentro para poetas lisboetas o hambrientos turistas, en busca de nuevos horizontes. Una nueva forma de descubrir, la enésima que Lisboa esta lleno de colinas. Quédese a tomar una copa en uno de los bares cercanos al mirador, que ofrece una vista de postal.

El mirador de Adamastor es una zona muy típica entre los portugueses y su nombre se lo debe a la estatua que preside el mirador.
Aquí es donde suelen acudir tras el trabajo o la universidad para pasar el rato o tomar algo. Lo que viene siendo una zona de ocio, vamos.

Pero, sin duda, lo mejor es que se tienen muy buenas vistas de toda la cuidad con el mar de fondo y el río Tajo.

Andaba yo un poco despistadilla, subiendo y bajando por las estrechas calles de Bairro Alto, cuando en la cima de una de las 7 colinas en las que se asienta Lisboa, decido girar a la izquierda, por aquello de no seguir al barullo. Cual es mi sorpresa cuando tras andar unos 50 metros por esta calle salpicada de pequeños restaurantes, llego a un mirador, o miradouro, -como se dice en portugués- que quita el hipo.
Al poco me entere que estaba en el mirador de Santa Catalina, con vistas al estuario del Tajo, al Cristo-Rey, -una estatua con ganas de parecerse a la del Cristo Redentor de Rio de Janeiro-, y al imponente puente del 25 de Abril.

Vistas increíbles, recomiendo ir al atardecer con unas cervezas. Hay un ambiente genial, cuando yo estuve había música en directo.

Me tocó la oportunidad de ver el atardecer acompañados de una banda de música reggae, y es un lugar en donde puedes compartir unas cervezas.

En el bar que hay en el mirador puedes tomarte una cerveza, vino, café... a precios muy populares. Las vistas son inmejorables del puente 25 de abril y del tajo.