Mirissa

Mirissa es un tranquilo pueblo de pescadores de la costa sur de Sri Lanka. Mientras el mar en la costa oeste de la isla estaba más marrón que azul debido a la temporada, Mirissa nos ofreció un paraíso, con casi nada de gente, mucha paz comparado con el ruido y la agresividad de la capital, y bastante opciones para explorar alrededor. Los hotelitos de la playa fueron en gran parte destruidos por el Tsunami, pero se han construido lugares nuevos y más sólidos. Algunos llevan la marca de la altura de la ola, y cada uno tiene historias que contar. La vida es muy barata, puedes dormir para menos de 5 euros la noche, con un ventilador y mosquitero, muy importante, y las cenas están alrededor de 3-5 euros también.

Fue la única playa que visitamos en nuestro viaje a Sri Lanka. Y acertamos. Fuimos en febrero, y la playa no estaba para nada llena de gente. La temperatura del agua ideal, pero un calor... Sólo pasamos 2 noches en esta población antes de pasar a Galle.

A mi no me gusta la playa pero tengo que decir que había algo que me gustaba.Por la tarde al atardecer dimos un paseo por la orilla de la playa y la verdad que tiene un atardecer espectacular.

Lo único que oscurecía un poco este momento del atardecer, fue pensar en el 2004 esta playa desapareció junto con muchas personas debido

Con colores de atardecer que no se olvidan, comida de mar fresca y muy rica, además de muy buenos masajes...

La gente muy amable y de buenas costumbres, buenos precios.