La ciudad del Monasterio
Hundiendo sus raíces en el lejano siglo IV, y estrangulando los restos del que fue campamento romano conocido como Octavianum, nació el que es hoy en día uno de los más hermosos monasterios de Cataluña.
No tuvieron tanta suerte los monjes visigodos que lo fundaron, ya que fueron pasados a cuchillo por los árabes un par de siglos después, aunque el alma del monasterio resistió, y tras la reconquista sirvió de base religiosa e incluso militar para ir repoblando espiritualmente las tierras catalanas, fundando otros pequeños cenobios que dependían directamente de él.
Su poder fue inmenso e inmensos también sus dominios, por lo que atrajo a una multitud de fieles y medrosos en busca de trabajo a cambio de comida o dineros de la iglesia.