Monasterio de Shipka

También conocida como la iglesia memorial de Shipka, puedo decir sin que me tiemble la voz que es una de las iglesias/monasterios que más me ha impresionado de toda Bulgaria, incluso me atrevería a situarla muy cerca de la grandiosidad del mismísimo monasterio de Rila, visita obligada para todo aquel que visita Bulgaria. Sus cúpulas doradas se divisan desde la lejanía y son santo y seña de esta iglesia construida en 1902, en memoria de los soldados rusos, ucranios y búlgaros que murieron en la guerra de liberación (1877-78) contra el imperio otomano, librada a pocos kilómetros de allí, en el puerto o paso de Shipka, en plenos Balcanes Centrales.

Desde luego, este es uno de los rincones que podríamos calificar de tesoro escondido de Bulgaria.

La carretera que viene de Veliko y cruza estas densas montañas muere en Kazanlak, un poco más al sur de Shipka. A la salida del macizo descendemos al antiguo Valle de los Tracios.

Pensábamos visitar alguna tumba de los abundantes yacimientos arqueológicos del valle de los Reyes Tracios, pero nuestro tesoro escondido e ignorado iba a ser una iglesia emplazada en el bosque de la montaña de Shipka.

Nos atrajo hacia ella las hermosas cúpulas doradas que resaltaban en la lejanía.

En el camino de Veliko Tarnovo a Kazanlak, nos encontramos con el pequeño pueblo de Shipka. El entorno está plagado de tumbas tracias. Alguna de ellas, como la se encuentra en Kazanlak, declarada por la UNESCO patrimonio de la humanidad. Pero este rincón trata sobre el monasterio de Shipka y la verdad es que es un sitio que merece la pena visitar.

Este monasterio no tiene la majestuosidad y la historia de los de Rila y Troyan, pero tiene el encanto de ser el único de estilo ruso de Bulgaria. El colorido de su fachada y sus cúpulas doradas lo hacen resaltar a lo lejos de entre los arboles