Mer Martín Nieto
Monrovia tras las guerras
Liberia no es un lugar de esos donde uno vaya a hacer turismo, que se encuentre en guías del Lonely Planet y donde puedas comprar postales. Los hoteles los llena personal de Naciones Unidas y de ONG´s.
Ha vivido décadas de guerras y está curándose las heridas. El pasado es tan presente que cualquier persona que conozcas te cuenta sus vivencias de la guerra: el miedo, la desesperanza,… pero también las fuerzas que se sacan para salir adelante. Cuándo fui no había luz eléctrica en las calles ni el más mínimo saneamiento y los saqueos nocturnos por antiguos niños de la guerra eran muy habituales. Pude conocer a mucha buena gente dedicada en cuerpo y alma a cambiar la situación, a devolverle a Liberia tiempos mejores.
Como anécdota dejo la imagen del hotel Dukor: en los años 80 era un hotel de lujo (conseguí un folleto de la época), de los mejores de África y con las mejores vistas de Monrovia. Desde los años noventa hasta mi viaje (2008) había estado ocupado por desplazados de la guerra. Estaba totalmente saqueado y custodiado por soldados de Naciones Unidas que nos permitieron entrar. Ese año hubo un acuerdo con Libia (Liberia-Libia, no confundir) para restaurarlo pero se abandonó con la caída de Gadafi. Un paseo por el hotel te recordaba, inevitablemente, la película de "Hotel Rwanda".
Liberia nació como la Tierra de la Libertad ” para “devolver a África” a los esclavos afroamericanos. Pero su historia está marcada por la opresión a su pueblo y por continuos conflictos. No se conoce por tener bonitos monumentos sino por sus diamantes de sangre, tampoco por sus artistas sino por los señores de la guerra. Aun así vi mucha esperanza, espero volver en unos años y encontrarme un país que sigue avanzando y que mantiene la sonrisa.
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