Mufastor
Un paseo entre el cielo y el infierno
Aunque te lo cuenten hasta que no sales del funicular y empiezas a subir el Monte no sabes la experiencia bizarra que es subir por laderas empinadas sorteando fumarolas de azufre y viendo como cada paso te descubre un paisaje aun más alucinante que el anterior.
Al final del ascenso la recompensa se obtiene en forma de paseo entre cráteres y nieves, aguas termales y praderas de rabioso verde, lagunas escondidas y rocas inverosímiles. Y al llegar al hotel nada mejor que un baño en un onsen (aguas termales).
Un día perfecto.
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