Montevideo

Las calles de Montevideo son perfectas para pasear. Muy bien cuidadas, con edificios de gran belleza y puestecitos que aparecen como de la nada donde detenerse unos segundos. Hay una gran diferencia entre las calles de la cudad vieja y las de la parte más moderna. En la primera, las calles son pequeñitas, la mayoría de adoquines, con edificios muy envejecidos escoltándolas, con numerosas historias que salen a cada paso. Por esta zona, donde abundan los edificios de oficinas, hay unas cuantas placitas, pequeñas, pero acogedoras. De repente, según cruzas una calle, descubres una. Es un barrio no muy amplio, pero con muchas cosas que ver.

Montevideo es inolvidable, vaya sorpresa que nos llevamos!! Una ciudad -y un país porque luego volví y lo recorrí- que tiene de todo. La primera vez que llegamos allí fue en una escala de nuestro crucero de luna mielera.
El uruguayo es un pueblo cordial y sabe como tratar al turista, abren sus brazos para mostrar rgullosos su hermoso país. a persona No me canso de recomendar Uruguay, pero especialmente Montevideo.
Uruguay es fantástico, y Montevideo es una ciudad llena de atractivos y con una sorpresa en cada calle.Con otras parejas del crucero acordamos en contratar una camioneta tipo Van con chófer para que nos traslade por los sitios más lindos de Montevideo y alrededores.

Nos hospedamos en un hotel bastante lejos del centro (error), pero de todas formas fue muy entretenido. Estabamos frente a una playa en plena rambla, por lo que pudimos apreciar lo bien utilizada que está la costanera. Mucha gente trotando, haciendo deporte.
Para llegar al centro utilizamos micros, algo caro (en realidad es un país muy caro, para lo que acostumbramos en Chile). El centro es muy congestionado, hay turistas recién llegados de los cruceros, muchos orientales. Tiandas de artesanías por todas partes.
Paseo obligado: ciudad vieja, feria de artesanos, Teatro Solis y el Milongón