Orgullosa estatua del monarca español muy cerca de la catedral
En la bonita zona centro de Palermo y muy cerca de la catedral se levanta el monumento a Felipe V. Se trata de un complicado y barroco elemento decorativo en un lateral de la verde Piazza que fue construido en mármol en 1662.
Una balaustrada lo rodea y se va elevando en medio de estatuas de inspiración grecorromana, volutas y decoración de toda índole hasta terminar en una elaborada cúspide con la figura en pie del monarca español que viste capa y porta los atributos reales mientras en un segundo escalón unos esclavos con las manos atadas a la espalda le rinden pleitesía de rodillas. Estas estatuas representan a las partes del mundo conocidas en aquel momento y que eran súbditas en gran parte de la monarquía española (Europa, Asia, África y América).
El rostro del monarca no es muy expresivo que se diga y mira en lontananza sin preocuparse demasiado, como corresponde a su majestad, de las figuras humanas que lo rodean con una variedad de gestos de la que carece el rey.
La situación frente al Palacio de la antigua dinastía Normanda no es casual sino que viene a marcar de modo determinado quién ostenta el poder en el momento de construcción del monumento, que no es otra que la monarquía española.
Los jardines donde se sitúa formaban parte de los cuidados espacios verdes con los que se solía animar las severas construcciones normandas siguiendo la tradición árabe de dotar de espacios verdes y de sonidos de agua a las construcciones más importantes y palaciegas.


