Justo y merecido
En principio el nombre Jane Armour puede que no diga demasiado, injusticias de la historia. Es cierto que en la historia encontramos grandes mujeres y grandes hombres, pero de igual forma no es menos cierto que tras un gran hombre siempre hay una gran mujer, y este es el caso de esta señora a la que se le rinde tributo en una humilde esquina de Dumfries, en las proximidades de la famosa iglesia de St. Michael, donde descansan los restos del inmortal Robert Burns.
Pero, allí no solo descansan los restos del poeta, también lo hacen Jane Armour y su hijo, fallecido a los 10 años de edad. Así pues, en efecto, Jane Armour era la esposa de Robert Burns y por ello comparte su último descanso con Burns, al igual que lo hiciera en vida. Armour falleció en 1834 sobreviviendo la muerte de su marido por muchos años.