Pura historia
El cementerio judío más antiguo de Berlín , fundado en 1672, albergaba hasta su clausura en 1827 más de 12.000 sepulturas. El lugar fue devastado por los nazis en 1943 y actualmente sólo se conservan una veinte estelas fúnebres, entre ellas la del gran filósofo Moses Mendelssohn, que ha sido objeto de una gran restauración. Una placa conmemorativa recuerda que el asilo de ancianos del barrio judío se utilizó a partir de 1941 como centro de reunión de los grupos que partían hacia los campos de exterminio.
Recientemente, una escultura en la que se representan hombres, mujeres y niños, se ha colocado justo en la puerta de entrada al recinto, recordando precisamente a todos los deportados que fueron llevados en trenes, como si fueran ganados a su propia aniquilación. Las piedras cubren la base del monumento por una razón muy simple: los visitantes sean o no judíos dejan una piedra y no una flor porque justamente la piedra tiene la particularidad ser una creación muy antigua y de vida muy larga; podríamos llegar a decir que la piedra es "eterna" en cierto modo, esto refleja un poco la visión del judaísmo frente a la muerte. Cuando nosotros nos enfrentamos a la muerte sabemos que el alma sigue existiendo y lo único que se fue es el cuerpo, el alma es eterna. La flor tiene corta vida y rápidamente se marchita, demostrando justamente la fragilidad del cuerpo, mientras que la piedra representa la eternidad del alma.