El recinto se conserva prácticamente en su totalidad, data del siglo XII y XIV ya que consta de dos partes y en 1949 fue declarada Patrimonio Histórico Español.
Bonita al atardecer, aquí encontramos la oficina de turismo, el museo de la fauna pineraica y exposiciones relacionadas con el periodo que envuelve a todo el pueblo.
Desde la muralla de Ainsa, uno tiene la oportunidad de descubrir la realidad del pueblo medieval. Protecciones estratégicas, seguridad y mucha vigilancia, dan lugar al entorno de un pueblo del Pirineo Aragonés, turístico pero tranquilo, con mucha paz y con un encanto especial.
Desde los puntos altos de la muralla descubriremos la amplitud de las montañas del Pirineo. Durante el atardecer veremos como el sol va perdiendo fuerzas y como la luna alcanza su punto máximo iluminando las numerosas y visibles estrellas.
Sin duda, un lugar encantador para perderse durante unas horas.
Aínsa, como bien es calificado, un lugar que no puedes dejar de visitar.
Aunque no se ha podido conservar al completo.
