Murallas de Ávila

No te voy a hablar de su increíble historia, para eso ya tienes la wikipedia, jeje. Tampoco te diré que es Patrimonio de la Humanidad (bueno, ya te lo he dicho), ni que fue el rey Alfonso VI de Castilla el que mandó construirlas hacia en el siglo XI.

Te hablaré de la experiencia que supone. Es posible que seas de los que no te gusta hacer lo típico cuando llegas a un destino. Pues te diré que lo más típico de Ávila son sus murallas y si por ser típico te las vas a perder, cometes un gran error. Visitalas, y no solo desde fuera, paga la entrada (creo que ronda los 4€) y date un paseo al menos hasta la mitad del recorrido. Sí, es una orden!!!

En serio, merecerá la pena, te hará transportate a aquella época, hacerte una idea de lo fantástico que podía llegar a resultar en aquella época para una ciudad contar con semejante protección. Te sorprenderá lo bien conservadas que están (Para ello se lleva contribuyendo desde que en el 1596 Felipe II realizará obras de restauración).

...si soy abulense y he pasado toda la vida viviedo con ellas. Son un monumento histórico y para nosotros significan más aún: protegían la hermosa ciudad donde vivimos. Aunque estemos tan acostumbrados a verlas que no nos impresionen, no se puede uno morir si subir y disfrutar de Ávila a vista de pájaro.

Ávila, con sus más de 1100 metros de altitud, es la capital de provincia más elevada de España, de ahí el frío que normalmente hace hasta bien entrada la primavera.

Lo más característico de Ávila son sus enormes murallas que rodean gran parte de la ciudad, y que tenían como fin proteger la ciudad de ataques externos. Las murallas tienen numerosas puertas o arcos y el estado de conservación, a pesar de su antigüedad, es excelente. Recomendable subir a las murallas y dar un paseo entre almenas admirando las maravillosas vistas sobre la ciudad. Así mismo, si tenéis ganas de andar un poquito,

Habíamos finalizado nuestro paseo por la ciudad y la visita a la Iglesia del Convento de la Santa , el Museo de la Catedral de San Salvador , el Museo Teresiano de la Encarnación , el Palacio Episcopal , la Iglesia de San Juan Bautista y demás maravillas de esa increíble ciudad y a punto ya de dirigirnos a comer al Restaurante El Almacén nos detuvimos a mirar la muralla iluminada, ese Patrimonio de la Humanidad que bien merece la distinción recibida.

Ávila en general es especial.
Ya desde lejos es todo un fortín, manteniendo la misma vista de cientos de años.
Te crees antes de entrar que vestiran con trajes de la época, y casi estoy en lo cierto, porque sólo es la indumentaria la que cambia.
Las calles idénticas, todo exactamente igual de entonces, visto por fotos antiguas que hay en la ciudad, y rodeado de esas murallas, fortaleza de Ávila, que una vez que subes a ellas, contemplas a pesar de todo el paisaje castellano, hasta que la línea del horizonte deja de verse, y la ciudad propia, sus gentes, sus calles,...
Una muralla con sus almenas, sus escaleras, sus arcos de puerta de entrada y salida de la ciudad, ...

La ciudad mejor amurallada del mundo. Esta muralla es patrimonio de la humanidad y merece su visita. Se puede subir desde el arco del grande y desde la casa de carnicerías. La foto desde los cuatro postes o en el lienzo norte son espectaculares.

Murallas de día, murallas de noche, con nieve, o con flores... da igual en que momento las visites, quedarás hechizado ante esta magnifica obra en su origen militar, pero que hoy sirve para admirar y en cierto modo, seguir protegiendo, la ciudad intramuros, la esencia de Ávila. Subir vale la pena, con calzado cómodo, ya que hay que recorrer un largo trecho así como subir sus torreones, donde tendremos magníficas vistas de la comarca. La entrada general son 5 euros con descuentos a menores, universitarios, etc. Dan audioguía incluido en el precio, lo cual es de agradecer. Asimismo, de sus nueve