Restos arqueológicos, pinacoteca, bustos o medallas, además de un extraordinario mirador
Lo primero, si podeis, calcular la hora para ver el atardecer desde el mirador del tabularium,una experiencia de las que no se olvidan si se tiene la suerte de ir en época de pocos visitantes.
Estamos ante el principal museo cívico municipal de Roma.
Cuadros, bronces, bustos, monedas, restos arqueológicos entre otras piezas, son lo que podréis admirar en este imponente museo.
La sede histórica de los museos Capitolinos está constituida por el Palacio de los Conservadores y el Palacio Nuevo, edificios situados en la plaza del Campidoglio, una de las plazas más fotogénicas de la ciudad por belleza y por su acertada iluminación.
Sus piezas crecieron gracias a las donaciones de varios papas como Pablo III o Pío V, quien quiso eliminar del Vaticano las esculturas paganas y las llevó al museo.
Se amplió con el Palazzo Nuovo en 1654, y con sucesivas remodelaciones.
Se trata de un museo de visita obligada dada la extensión e importancia de sus colecciones, de paso echar un vistazo a la Piazza Venezia, no una de las que más me gustan, pero que hay que conocer.


