El planetario más grande del mundo
El Museo de la Ciencia de Nagoya, que fue fundado hace más de cuarenta años, renovado en 2010 y finalmente reabierto el 19 de marzo de 2011, apareció en los titulares por contener en su interior el planetario más grande del mundo.
En primer lugar un consejo: el museo abre a las 9:30 de la mañana, pero sobre todo si va en un día de fiesta, trate de ir por lo menos una hora antes, preferiblemente dos. Yo llegué a las 8:20, tuve que hacer una fila épica de tres horas antes de entrar. Claro, fue en plenas vacaciones, pero mejor ser precavido. Esto se aplica si desea entrar en el planetario; si se conforma con visitar solo los otros pisos del museo entrará fácilmente, pero se perderá lo más destacado (a cambio tendrá que pagar unos ¥ 100 menos). Las entradas no se pueden comprar en preventa. El planetario en sí es grande, con un diámetro de 35 metros, y el espectáculo, de alrededor de 40 minutos, es muy agradable. A modo de comparación, en mi experiencia yo sólo he ido al planetario de Akashi y tengo que decir que éste causa una buena impresión: las estrellas están mucho mejor definidas e incluye un viaje "pseudo 3D" en el sistema solar en el cual parece que se está en una montaña rusa. Yo asistí a la proyección dedicada a los niños porque no había otras vacantes disponibles de inmediato, pero la sesión "normal" no debería ser muy diferente.
Cabe destacar también la casa encantada en el primer piso bajo tierra, la atracción temporal que tiene como objetivo el estudio de los mecanismos del miedo en el cerebro. Es divertida la posibilidad, una vez habiendo terminado el recorrido, de poder desahogarse sobre otros visitantes activando algunos de los mecanismos del miedo que se encuentran en el camino. Imperdibles las reacciones de los desafortunados.
Y no podía faltar la tienda de regalos donde se pueden comprar souvenirs o regalos de temas científicos.
En definitiva, una buena experiencia, si tiene niños se divertirán un montón, pero en caso de estar interesado en el planetario, evite como la peste ir los días de fiesta o prepárese para una larga espera fuera de las puertas.
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