La era de la razón
Al principio todo era oscuridad. Los enfermos simplemente morían, apenas unos cuantos sanaban. Hasta que de repente la ciencia, la medicina, nació tal y como la conocemos hoy en día. Y la evolución de su crecimiento es lo que nos presenta este pequeño pero fascinante museo.
Ya desde un principio nos sorprende su ubicación, el ático de la iglesia de Santo Tomás, en el barrio de Southwark, lugar donde se ubicaba un hospital dedicado a este santo milagroso.
Cuando subimos las empinadas escaleras y llegamos a la buhardilla, encontramos un completísimo herbolario usado por el boticario del hospital para secar y almacenar las hierbas dedicadas a la preparación de las medicinas naturales. Mientras aspiramos su aroma, que aún nos permite incluso distinguir unas de otras, vamos acercándonos a la parte menos agradable del museo; la fascinante exposición que nos revela el horror de la medicina y de la cirugía anteriores a los grandes avances de las ciencias médicas, y que incluye instrumentos para sangrías, trepanaciones y partos.