A nadie le amarga un dulce junto al café.
La cultura del buen café se extiende por medio mundo y la capital peruana no iba a ser menos. Gracias a la recomendación de un buen amigo peruano aprendiz de barista descubrí este coqueto local en el barrio de Pueblo Libre donde sirven café elaborado mediante diversos métodos artesanales como la prensa francesa, chemex, moka italiana, clever... tanto fríos como calientes.
Si eres de los clásicos a los que no les gusta el riesgo puedes pedirte un café latte (el típico café con leche pero con sabor intenso), aunque desaprovechar la oportunidad de aventurarse a probar por ejemplo un Doppio (espresso doble) o un Afogatto (helado artesanal bañado con espresso) sería un delito tipificado en el código penal de los adictos a la cafeína. Los originales de la casa: Chilcano con café o un set de catación de tres cafés propios con frutas.