Isa F.
Bueno pero no tanto.
Ir al Naviglio a cenar era una de las muchas cosas que me faltaba hacer en Milán y viendo las recomendaciones que encontré en mil guías, decidí ir a probar a esta osteria.
Debo decir que nos gustó mucho la cena, aunque si vuelvo no repetiré porque encontramos un poco excesivo el precio para lo que cenamos, además hacía muchísimo calor y nos comieron los mosquitos incluso estando dentro del local y el vino no estaba lo bastante frío. La decoración muy original; os dejo la foto de uno de los entrantes, de un rincón de la decoración y de su tiramisú.