Vale la pena visitar este palacio,...
Vale la pena visitar este palacio, dejarnos llevar a otra época y pasear entre los muros que vieron el día a día de quienes lo habitaban.
Durante la conquista árabe de Palma la ciudad fue reconstruida, y en una de las zonas escogidas se construyó un Alcázar, destinado a ser un edificio defensivo y en el cual residirían los gobernadores musulmanes (Walíes) hasta finales de 1229. Una vez conquistada la ciudad por Jaime I, y a lo largo de varias generaciones, el palacio sufrió modificaciones que lo acercaban más a la religión cristiana, como por ejemplo la capilla que se construyó en el interior del recinto amurallado, o la Torre del ángel, donde se puede observar la figura de un ángel protector.
A día de hoy lo que encontramos en su interior es la recreación de la decoración de las estancias, sorprenden sus gigantescos tapices, así como las descomunales chimeneas en las habitaciones, aunque no se queda atrás el llamativo mobiliario, delicadas y trabajadas piezas de artesanía dan calidez al recinto. Desde la terraza se obtienen unas bonitas vistas del paseo marítimo de la ciudad, así como del Parque de la Mar. Los patios interiores son también ricos en detalles, como la fuente regada por un surtidor en forma de león.
Abren todos los días excepto el domingo, y el precio de la entrada ronda los 3 €, si podéis montároslo para ir un Miércoles mejor que mejor, pues para los Ciudadanos de la Unión Europea, ese día es gratis entrar. La entrada al Palacio está enfrente de la Seu, la catedral de Mallorca.


