Palizada

Al llegar a Palizada en un día festivo me encontré con una quietud como no la había experimentado antes, las calles parecían guardar secretos, y el susurro del viento te acompañaba a todas partes.

El lugar en el cual se comercializaban maderas preciosas y por ello el nombre, encontraras las fachadas de las casas con mucho color y con techos de teja Francesa donde todavía se puede leer la leyenda "Marcella" que fue donde se elaboraron, en la plaza principal se erige una estatua de Benito Juárez de color dorado dando la espalda a la fachada colorada de la Parroquia de San Joaquín.

Sobre la calle del malecón, a un costado de la Presidencia Municipal, encontré uno de los restaurantes más emblemáticos del lugar "El Grillo Marino" donde comí acompañado de música en vivo.

Viajar a Palizada es en sí mismo una aventura, casi no hay buses pero en auto es aún más impresionante su paisaje. Lo rodea el Río Palizada, se puede conocer a través de pequeñas canoas, recorrer su cocodrilario en donde también hay una UMA de tortugas con 5 especies distintas y una en peligro de extinción, la Tortuga Blanca. Conocer sus pequeñas callecitas y su gente es como volver a abrir Cien Años de Soledad y encontrarte en el pueblo de Macondo.

Recomendado quedarse una noche en casa de la familia Díaz frente al Malecón, ellos te llevan a tour y su comida es deliciosa.

Ha sido una de mis más bonitas experiencias viajar a tal lugar, su tranquilidad y gastronomía hacen de este lugar el lugar perfecto para venir a disfrutar de lo bello de éste mundo