Parador de Almagro

Para mí, uno de los mayores encantos de Paradores es la posibilidad de dormir en edificios antiguos, cargados de historia. Tal es el caso del Parador de Almagro, ya que se trata de un antiguo Convento Franciscano fechado a comienzos del siglo XVI, el Convento de Santa Catalina, para más señas.

Situado a 5 minutos andando de la Plaza Mayor, este sobrio edificio de regias paredes, patios interiores, y luminosas galerías alberga un hotel de 43 habitaciones que antaño fueran las celdas de los monjes que lo habitaron.

Su categoría: 4 estrellas, porque lo histórico no está reñido con la comodidad. También tiene WiFi gratuita, piscina exterior, y una curiosa cafetería-bodega con enormes tinajas.

Solo hicimos una parada en nuestro regreso a Madrid para comer, pero este Parador nos encantó. Situado en el interior de un monasterio (ahora reformado) conserva los pasillos y salones históricos incluida una bodega con sus tinajas de dos pisos. El restaurante tiene una comida con muy buen producto, con todo lo que se puede esperar de la cocina castellana, rico y contundente. Merece la pena la parada en el restaurante, pero sobre todo por conocer el edificio (y por ende el propio Almagro)

Ubicado en un convento del siglo XVI, este parador adolece de excesiva austeridad, las celdas resisten el paso de los siglos y resisten casi, casi, tal como eran. Permanece la pequeña benditera a la entrada de cada habitación, y la pequeña ventanita dando a los patios-jardines interiores.
Las zonas comunes son más agradables, y la restauración en el restaurante con productos de la zona y el servicio son excelentes, como siempre en los paradores. Creo que las habitaciones necesitan ser más acogedoras y han de ser renovadas cuanto antes.
El pueblo no hay que perdérselo, recorrerlo todo a

El parador de Almagro es un convento franciscano del S. XVI, el cual conserva patios originales y galerías. Lo más curioso es el bar, que mantiene la antigua bodega monacal llena de tinajas, una de ellas firmada por la Reina Sofía cuando inauguraron el Parador en 1979. Preguntamos a un Sr. muy amable que trabajaba allí si la tienen que repasar la firma con rotulador para que se conserve, pero se rió y no contesto.

Visitamos el parador nacional de turismo de Almagro (Ciudad Real). Está situado en el antiguo convento de Santa Catalina. Conserva la arquitectura exterior e interior de lo que fue el convento.

El Restaurante Parador Nacional de Turismo de Almagro se encuentra ubicado en la ciudad de Almagro y dentro del Convento de Santa Catalina, que data su construcción del Siglo XVII.
El restaurante cuenta con bonitos y acogedores espacios interiores, dispuestos en dos de los catorce patios interiores del Parador, el Patio de las Pilastras y El Patio del Boj.

Antiguo convento convertido en parador. Es un auténtico lujo alojarse en él. Se encuentra a 5 min. de la Plaza Mayor. La elegancia de las habitaciones (antiguas celdas), los pasillos, patios, restaurante, piscina, la taberna con esas tinajas gigantes nos transportan a otra época. No dan ganas de salir a la calle. El trato, estupendo.

Lo de los paradores es lo de siempre: excelentes lugares, edificios y ubicaciones. Las habitaciones son algo más flojas (Salvo algunos paradores, claro). En este Parador, que era un edificio franciscano, las habitaciones son espartanas pero muy acogedoras. El resto del edificio merece la pena, sobre todo sus patios y pasillos.

El servicio es impecable, educados, atentos y muy profesionales, wifi gratis, parking, y está a 2 minutos andando de la Plaza y el Corral, así que merece la pena.

El desayuno es muy bueno, pero podían estirarse un poco mas con algunas "viandas"... Si las pides te las traen, pero se trata de que estén disponibles, no de que haya que pedirlas.