Parador de Guadalupe

Me ha gustado mucho el Parador de Guadalupe, una mezcla de esplendor y austeridad, de historia, de ciencia. Situado en el que fue uno de los centros de gramática, medicina y cirugía más importantes de Europa durante los siglos XV al XVI es todo un lujo.

El Parador de Guadalupe es más que un lugar donde hospedarte, es recorrer parte de nuestra historia, es dejarte llevar por unos atardeceres y amaneceres de película, si tienes la suerte de coger una de las habitaciones que da al impresionante monasterio de la virgen de Guadalupe.

Me he sentido como una reina, recorriendo sus laberínticos pasillos, disfrutando de su patio de naranjos y limones, cenando en su precioso restaurante jardín, y sobre todo, tras la explicación, que muy amablemente nos realizó la responsable del establecimiento. Con ella hemos aprendido que aquí, ya se trataba con penicilina mucho antes que Felming se apoderada de su descubrímiento, que es este lugar se trataron enfermedades impensables en ese momento y que fue de los pocos lugares donde se podía practicar una medicina sin censuras.

Un Parador es siempre un lugar lleno de belleza y con unas características que lo hacen único.

El Parador de Guadalupe es un excelente ejemplo de ello. Es el tipo de sitios que te enamoran desde que pones un pie en él.

Tiene un patio interior mágico, lleno de limoneros con una sombra deliciosa, que aportan un ambiente único y perfecto para una buena charla o para relajarte tomando algo.

Me alojé en una de las suites que tienen vistas a la catedral. La habitación es una pasada pero tener ésas vistas únicas a tu alcance no tiene precio.

Un lugar fantástico al que

Uno de los alojamientos con más encanto de Guadalupe es sin duda su Parador. Nosotros no nos alojamos en él, pero si decidimos probar su restaurante. La carta es una fabulosa lista de platos que comer en Extremadura, como las migas, el zorongollo o las carnes. Comer o cenar en el restaurante del Parador da también la oportunidad de conocer su jardín posterior, un espacio tranquilo en el que también se encuentra la piscina.

Con una gastronomía buena de la tierra extremeña, un sitio tranquilo para descansar y recorrer toda la sierra que rodea a Guadalupe.