La eterna Ciudad de la Luz
¿Qué se puede decir de París que no se haya dicho ya? Aquí casi todo te sorprende agradablemente, los amplios bulevares, edificios, no hablemos de los numerosos monumentos archi conocidos de todos y que hemos visto ya en películas y fotografías. Los barrios por donde apetece pasear para conocerlos; sentarte en un Bistro a tomarte unas ostras o, según el tiempo, sopa de cebolla, todo con vino del país. Visita obligada es el Museo del Louvre. Una vuelta por el Sena dentro de uno de los barcos turísticos que surcan el río te proporciona un interesante vista desde el agua. Los Campos Elíseos, pese a estar siempre invadidos por una multitud de turistas, resulta un lugar interesante para pasear hasta la bella Plaza de la Concordia con el Obelisco de Ramsés II.