Historias de la plaza más majestuosa de Guatemala
A la Ciudad de Guatemala fui con mucho miedo. No había oído más que historias de terror acerca de la violencia en la capital, e incluso decidí dejar mi cámara en Antigua para sentirme más tranquilo.
Sin embargo, esa sensación de inseguridad se derrumbó en cuanto llegué. No quiero decir que la violencia no existe, sino que ésta se limita en su mayoría a zonas muy específicas. La Zona 1 de la Ciudad de Guatemala, y en especial su Parque Central es un lugar recomendadísimo para conocer y observar el movimiento del punto de mayor importancia en territorio "chapín".
El edificio más icónico de la capital es sin duda alguna el Palacio Nacional; construido con ladrillo y revestido de una capa de piedra de tonalidad verde, es una obra arquitectónica hermosa que se complementa con la bandera guatemalteca ondeando frente a la misma.
Al costado izquierdo del Palacio, se encuentra la Catedral Metropolitana. Si bien su tamaño no es tan impresionante, resulta atractiva por su estilo neoclásico y su historia. No ha quedado intacta ante los numerosos terremotos que azotan el país, y la cúpula que alguna vez coronó el edificio sucumbió ante el movimiento sísmico de 1918.
En el Parque mismo, escenas de la vida cotidiana como chicos aventando granos de maíz a las palomas, o vendedores de leche de cabra caminando con los animales listos para ser ordeñados, complementan la composición arquitectónica del lugar.