Parque Central: El corazón de San Ignacio.
Belice es un país con muy poca población. Con una extensión territorial superior a la de El Salvador, no llega ni siquiera al diez por ciento de la cantidad de habitantes de éste último. Es raro encontrar gente en las carreteras, y las ciudades muchas veces parecen deshabitadas.
Pero hay algunos pocos lugares en los que se puede ver un poco más de esa limitadísima población beliceña. Los parques centrales de las ciudades generalmente dan cita a los chicos después de la escuela, a las señoras que se reúnen a charlar y a los vendedores de frutas que aprovechan el lugar para comerciar.
En San Ignacio, ese movimiento se puede observar ahí, en el corazón de la ciudad. A partir de las cuatro de la tarde (cuando el sol baja y la temperatura no es tan extrema), la vida parece reanudarse; un montón de niños juegan en la fuente del parque y los adultos se reúnen en la cafetería a un costado del mismo.
