Una llamada a la paz mundial
Hay un lugar en Japón cuyo nombre conocemos todos. Es Hiroshima, una ciudad moderna cerca del mar que para siempre estará ligada a uno de los acontecimientos más terribles de la historia moderna: el ataque sobre la ciudad y sus habitantes con la primera bomba atómica lanzada en la Segunda Guerra Mundial.
Aquella bomba destruyó gran parte de la ciudad y acabo con la vida de miles de personas, de hombres acudiendo a su trabajo, niños que iban al colegio o madres listas para sus quehaceres diarios.
La bomba estalló sobre el antiguo distrito de Nakajima. Era el centro neurálgico de la ciudad de Hiroshima y su corazón político, administrativo y comercial.
Todo desapareció, y hoy ese lugar es el que ocupa este Parque Conmemorativo de la Paz.
El parque hoy puede ser para muchos poco más que eso, un parque. Sin embargo basta pasear por él para encontrar lugares relacionados con aquel 6 de agosto de un modo u otro.
La Cúpula de la Bomba Atómica es el monumento conmemorativo más conocido del parque y de la ciudad de Hiroshima. Fue la única estructura que quedó en pie cerca del hipocentro de la bomba, esa que estalló a 600 metros de altura sobre la ciudad y destruyó todo con un onda expansiva.
En el parque hay otros lugares que recuerdan aquel día y que parecen una llamada a los humanos del mundo para que nunca vuelva a pasar algo similar.
Entre esos rincones hay una campana, un museo, un monumento a los niños y un cenotafio.
La visita a esta ciudad parece no interesar a todos los viajeros. Personalmente creo que dedicar unas horas a conocer su historia es lo menos que se puede hacer si se visita Japón, aunque reconozco que es duro y sobrecogedor.