Marta Pilar
Un Camping entre pinares
Llegar a la Isla de Tavira ya de por si es toda una aventura, intentar estacionar el coche lo más cerca posible fue… ¡¡¡misión imposible!!! , el pobre quedó en medio de arbustos y pinchos y no hubo otro remedio que caminar, aunque a decir verdad mi querida amiga me dejó a la sombra de un árbol cerca de la entrada con todo lo que habíamos llevado para pasar el día y volvió a buscarme después de caminar en medio de la tierra y al rayo del sol.
Descubrimos el Club Naútico con su estacionamiento atestado de coches y seguimos caminando bajo el sol hasta que llegamos al lugar donde debíamos tomar el Ferry hicimos la inevitable fila y nos dedicamos a esperar que llegase el que debía llevarnos a la Isla.
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