Raquel Rey

Cuando se visita Berlín, si se dispone ...

Cuando se visita Berlín, si se dispone de tiempo, yo aconsejo acercarse a Potsdam, un lugar perfecto para relajarse del ajetreo de la ciudad paseando entre sus jardines y palacios.

Situada al suroeste de Berlín, a poco más de 25 km, esta ciudad alemana es la capital del Estado de Brandenburgo. En ella se vivió todo el esplendor y la decadencia del imperio prusiano hasta que se instauró la República de Weimar en 1919.

El centro de interés de Potsdam es el Parque Sanssoucci, Patrimonio Mundial de la Unesco, ofrece un conjunto de palacios y jardines que se empezaron a construir en el siglo XVIII durante el reinado de Federico el Grande y fueron ampliados posteriormente en el siglo XIX.

A destacar: El Palacio Sanssouci, de estilo rococó, realizado para disfrute del Rey, un refugio donde Federico el Grande disfrutaba de su vida privada y de su afición musical.
El renacentista Orangerie o Palacio de Invernadero de Naranjos, construido como casa de huéspedes para la realeza extranjera.
El Neues Palais o Palacio Nuevo, del barroco tardío, residencia de verano de la familia real.
La Chinesisches Haus o Casa China que expresa el gusto de la época por lo chino, de elegante y alegre arquitectura.
La Friedenskirche o Iglesia de la Paz construida siguiendo modelos de arquitectura italiana.

Para llegar a Potsdam desde Berlín el S7 une las estaciones del centro de Berlín como Friedrichstrasse y Hauptbahnhof con la Potsdam- Hauptbahnhof.

Maria

Es un parque dentro de la ciudad de...

Es un parque dentro de la ciudad de Postdam, muy cerca de Berlín. Toda la ciudad tiene mucho interés porque tuvo mucha importancia en el final de la 2ª Guerra Mundial. Allí se encuentra el edificio donde todos los gobernantes implicados firmaron la paz. Es muy interesante, todavía se respira la guerra. Impresiona.

Pero lo más bonito es el parque de Scholse Sansouci. Con esos edificios modernistas llenos de cariátides y esculturas de figuras humanas recientemente arreglados.

Pero no tiene menos interés el parque en sí mismo ya que como viene a ser común en Berlín, no es un parque es casi un bosque, tan grande y con una vegetación tan variada como si fuera un bosque.

Merece la pena pasearse por allí e irse encontrando además con pequeñas muestras de edificios de la época tales como el pabellón chino con las columnas y esculturas doradas a la entrada.

También para llegar al museo que está en lo alto de una pequeña colina disfrutarás subiendo por esas bonitas terrazas laterales ajardinadas.

Disfrutad del viaje amigos. Merece la pena.