“¡¡Primer en subir al balancín!!” “¡Segú...
“¡¡Primer en subir al balancín!!” “¡Según!” Fui a Berlín a visitar a un amigo que tenía un amigo que tenía un hermano que era diseñador de columpios. Nunca había pensado que hubiera alguien que se dedicara a hacer eso o al menos, que pudiera ganarse la vida únicamente con ese oficio.
Pues era cierto y me parece envidiable.
El tipo en cuestión me enseñó varios planos y luego me llevó a dar una vuelta por la ciudad y por algunos de sus parques. Aquí es cuando yo digo: “me hubiera gustado vivir mi niñez en Berlín” pero enseguida me he acordado de que a principios de los ochenta quizás estaba mejor en Madrid...