Antiguo sitio para la observación del Sakura.
El Parque Bokutei se encuentra a la orilla del río Sumida, en la ciudad japonesa de Tokio y ha sido un punto ideal para la contemplación de las flores de Sakura desde el período Edo de la historia nacional. Los árboles de cerezos fueron planteados alrededor del Santuario Sumidagawa desde principios del año 1800 como un esfuerzo por parte de la población local para mejorar el paisaje urbano del lugar.
Lo que comenzó como una serie única de árboles de cerezas en el Parque Bokutei fue gradualmente extendida hasta el templo Chome-ji, a varios cientos de metros de distancia. Años después, los árboles llegaron hasta el puente Makura, que cruza el río Sumida y –desde ese entonces- era un punto clave para el transporte entre ambos lados de la ciudad.
Durante ese tiempo, los locales también organizaron un sistema en el que se pagaba una pequeña cantidad de dinero a todo aquél que plantara un árbol de cerezas. Con todas estas acciones, el río Sumida y sus alrededores se convirtieron en uno de los sitios favoritos de los tokiotas para el “Hanami” (contemplación de las flores del cerezo). En una gran piedra que se encuentra a la entrada del parque, una serie de caracteres chinos representan el amor que la gente local tenía por los árboles de cerezas en el Parque Bokutei.