Increible
Pericles confió la dirección de las obras de la Acrópolis al escultor Fidias. Ictino y Calícrates fueron los arquitectos del Partenón, sobre los cimientos de otro antiguo templo de grandes proporciones, denominado Prepartenón o Hecatompedón, del que existen pocos datos seguros y que había sido destruido por los persas. La construcción se alargó durante quince años, del 447 a. C. al 432 a. C.
El interior estaba dividido en dos salas independientes, con la entrada por cada fachada opuesta del edificio. La sala oriental era la más grande, dividida por columnas dóricas en tres naves y era donde se encontraba la escultura de Atenea de Fidias.
En la sala occidental, con cuatro columnas en el centro de estilo jónico, se guardaba el tesoro de la diosa, y recibía el nombre de Partenón, es decir, la sala de las vírgenes.
La fachada principal está orientada hacia oriente, el punto por donde sale el Sol, como es habitual en todas las construcciones religiosas de la antigüedad. Constaba de ocho columnas en sus dos fachadas principales y diecisiete en los laterales que rodeaban todo el templo, dejando un pasillo odeambulatorio que permitía a la población bordear completamente el templo durante sus celebraciones religiosas.
La lastima es que en una de las guerras que enfrento a los Otomanos (turco) con los griegos. Los Otomanos utilizaron el Partenón como polvorín y un proyectil impacto en dicho lugar provocando una explosión que destruyo el tejado del mismo.
Si se quiere observar el friso del Partenon hay que acudir al museo de la Acrópolis donde se encuentra un 40% del mismo y el otro 40% se encuentra en el museo Británico en Londres.
Esperemos que los esfuerzos que esta haciendo el gobierno griego para que sea devuelto den sus frutos.
La entrada al recinto de la Acrópolis es de unos 12 euros. Siendo el Partenón una de sus mayores atracciones.


