Un pueblo de pescadores
Pasear por L'Ametlla es pasear por sus orillas, por su mar; es bajar desde el centro del pueblo hasta el magnífico mirador desde donde se tienen unas vistas perfectas de la platja de L'Alguer, una preciosa playa urbana que invita al baño y al sol, es disfrutar de los estrechos callejones que forman las casas blancas que un día fueron de pescadores y hoy habitan los veraneantes o acercarnos al puerto a degustar la marinera gastronomía de la localidad en los múltiples restaurantes y "chiringuitos" de playa que se encuentran en la zona.
Precisamente fueron los pescadores los que habitaron por primera vez estas calas, protegidas de las corrientes del Mediterráneo, tras la Guerra de Independencia. Poco a poco se convirtió en uno de los puertos principales del litoral catalán y aunque aún se sigue con expectación la llegada de los barcos mediada la tarde y su consiguiente subasta de pescado, el principal motor de la localidad es el turismo, atraído por las preciosas calas y un clima suave y soleado.