Muy rico y trato impecable
Hace poco compré una tarta en esta pastelería, y tuve un malentendido con un empleado.
El propietario me llamó para interesarse por lo que había pasado y, tras comprobar que todo se debió a un error de comunicación, me ofreció varias opciones para subsanar el problema. Me conmovió ese amor a su trabajo, a sus clientes, y la preocupación real por ofrecer un buen servicio. Es una pastelería muy conocida, por lo que perder a un cliente no le hubiese supuesto una gran pérdida, pero este señor ha entendido muy bien lo que es ir más allá y ser excelente en el trato con sus clientes.
Lo cierto es que se ofreció a elaborar una nueva tarta (que estaba riquísima) y nos la trajo él mismo a casa. Fue una sorpresa preciosa, sobre todo para mi hija, que pudo disfrutar de una deliciosa tarta Sacher.