Una pequeña escapada
Estamos acostumbrados a pensar en vacaciones como un viaje largo, de varios días, donde poder desconectar. Pero cuando no puedes juntar los días suficientes como para eso, tampoco es necesario quedarse en casa. Así que estas vacaciones están dedicadas a conocer los maravillosos pueblos de los alrededores de Madrid. Esos que nos permiten ir y volver en el día o a lo sumo, pernoctar una noche.
Y de esa forma descubrí Patones de Arriba. Un pueblo fresco que te traslada a otra época, algo distinto a lo que yo había visto hasta ahora. Edificios y calles de pizarra, muy empinadas y resbaladizas (ojo con el calzado). Algunas de estas casas tienen unos balcones de los que enamorarse es algo seguro, con unas vistas a la sierra inmejorables.