paulinette
Llegando a Kotor, un pueblo de...
Llegando a Kotor, un pueblo de Montenegro, nos sumergió en la estación de autobuses toda la gente que quería ofrecernos un cuarto. De un lado, es un punto agradable, porque así no tienes que ir por toda la ciudad bajo un calor infernal, con la mochila enorme, buscando un hotel libre, en tu presupuesto, limpio… pero al mismo tiempo, hay unas doce personas alrededor de ti, peleando para saber quién te llevará a su hostal. Cada uno baja sus precios hasta no poder, agregando desayuno, internet, aire, te asusta!
Al final, escogimos la pensión de Elena, cercana al North Gate, la puerta norte de las murallas de la ciudad. Está bastante cercana a la playa, y no en el centro medieval, pero aún así lo puedes hacer todo a pie.
Esta pareja de jubilados alquila dos cuartos, en temporada alta nos cobraron 20 euros por noche para un cuarto doble, el baño se comparte con el otro cuarto, y hay una pequeña cocina con una refri para preparar los desayunos.
La pareja era agradable pero no hablaba mucho inglés. Su casa está arriba, entonces los cuartos tienen una independencia total.
La pareja era agradable pero no hablaba mucho inglés. Su casa está arriba, entonces los cuartos tienen una independencia total.
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