Plaza de España

La de España es una de las plazas más famosas -y más concurridas- de toda Roma. Debe su nombre a que en ella se encuentra la importante embajada española. A ella acuden a diario multitud de turistas, ¿para qué? El motivo no está demasiado claro. Es algo así como que "la gente atrae a la gente". La gente viene a ver a todo el resto de la gente que viene a ver lo mismo que ellos: gente. Es curioso como la Fuente de la Barcaccia (que debe su nombre al parecido con un barco naufragado y que es de Bernini) cede al protagonismo al propio espectador. Ésta se convierte en banco improvisado para familias que acuden con su delicioso helado (las mejores heladerías se encuentran en las calles contiguas), turistas japoneses y toda la gente "chic" que compra en las tiendas de alta costura cercanas. ¡También es asiento de una española despistada!

La Piazza di Spagne es una de las plazas más famosas de Roma y, tal vez, su escalinata es la más famosa del mundo entero. Logró su fama internacional en la película "Roman Holiday" de Audrey Hepburn, y desde entonces es un auténtico punto de peregrinaje para turistas en Roma, con hordas de visitantes que acuden día y noche para sacarse un selfie en los escalones o simplemente sentarse y disfrutar de las vistas de la fuente en la plaza.

Para mí, creo que el mejor momento para visitarlo es por la noche, justo después del atardecer. Las multitudes de turistas se han ido a cenar y la iluminación de la iglesia de Trinità dei Monti a esa hora es simplemente maravillosa.

La famosa escalinata suma un total de 135 peldaños irregulares y muy amplios y se construyó par conectar la embajada española, sita en dicha plaza, con la iglesia de Trintà dei Monti, allá en las alturas. Abajo la espera, como si un naufragio la hubiera llevado a estas orillas, la barcaccia, una fuente del barroco.

Subiendo las escaleras se llega a la parada de metro de España y a unas vistas impresionantes, gracias al desnivel salvado por los escalones.

Perderme en las escaleras de Valparaiso, soleadas y temblorosas.

Agotarme en las de Lisboa, que me llevan a añoranzas de viejos recuerdos.

Aquí se construyó la embajada española ante la Santa Sede, de ahí el nombre de esta plaza, una de las más emblemáticas de Roma.
Me gusta venir aquí por las tiendas y el barrio, unos de los más animados y "glamurosos" de Roma. Me alojé en el recomendable Hotel Condotti Palace, a un tiro de piedra, y la zona es encantadora.

Las escaleras de la plaza, construidas a principios del siglo XVIII, se hicieron para comunicar la plaza con la Iglesia de Trinità dei Monti, cuyo principal atractivo para ascender la escalinata son las extraordinarias vistas de la Vía Condotti y de la ciudad desde la Terraza del Pincio .