Encantador pueblito
Pino es un lugar encantador. Lo encontramos sin querer ya casi cuando caía el sol, buscábamos un lugar para dormir. Al llegar al pueblo había juerga, las fiestas de agosto tan tradicionales en el mediterráneo. Cerveza, carne de jabalí, polifonías corsas y un montón de buena gente. Aquí pasamos un par de días, bueno, entre el pueblo y La Marina de Pino, un pequeño reducto pescador a un par de kilómetros de Pino, pegado al mar. Sin duda uno de los lugares donde mejor me lo pasé en Córcega.