La atención y calidad de lo tradicional.
En la esquina de Av. Corrientes y Gascón, encontramos este tradicional restaurante del barrio de Almagro, lo conozco desde que tengo memoria y hemos ido a comer muchas veces con mi familia. El ambiente es el clásico restaurante de barrio, muy sobrio, de madera y vidrios, con las mismas mesas y sillas de siempre. Cuenta con bastante personal, desde gente joven a mozos con años de experiencia, lo que hace que la atención sea cálida, rápida y personalizada. Son esos lugares, que te dan ganas de preguntarle a los mozos qué tal esta un plato o cuál te recomienda para el día de hoy.
La comida es riquísima, nunca tuvimos una mala experiencia, incluso los platos como por ejemplo, las milanesas, una especialidad de la casa, son abundantes y para compartir. Los precios no son de los más económicos, pero vale la pena y justifican la ecuación precio-calidad.