Tranquila playa familiar en Ravda
Tras visitar la tarde anterior la playa de Central Beach, al día siguiente decidimos cambiar y probar otra de las múltiples playas que posee esta pintoresca y animada localidad cerca de Nessebar. Es justo la siguiente playa hacia el Norte de la mencionada Central Beach, mirando al mar, quedaría a la izquierda. De hecho, están mínimamente separadas, pero os puedo asegurar que son mundos diferentes, en absolutamente todo.
Si bien el acceso a esta playa no está demasiado bien, yo diría incluso que por donde accedimos nosotros, más que un acceso, es un descenso, porque hay que bajar por una escalera de hierro pegada a un muro de hormigón ;-). Bueno, el caso es que esta zona de la costa por la que bajamos está sin urbanizar, no hay un paseo como tal, y como decía, se bajaba a la playa por dicha escalera. Tengo que decir que la salida por el otro lateral de la playa está mejor acondicionada.
La arena de la playa es de muy buena calidad y está muy limpia, también el agua. Aunque las algas son compañeras de viaje en casi todas las playas de Bulgaria, a diferencia de su playa vecina, el agua está bien limpia, nada de residuos ni aceites, con lo que da gusto bañarse.
También es una playa bastante estrecha en sus dos laterales, pero hay tramos bastante más anchos, por lo que la aglomeración de gente tampoco es excesiva. Añadir que debido a la calidad de la arena y la tranquilidad de su orilla, en la que apenas hay olas, es una playa muy indicada para ir con la familia y los niños, había mucha gente en ese plan. Por cierto, curioso el "fenómeno playero-mediático" que vimos aquí por primera vez. Dos tipos vestidos con camiseta de marinero, portando cada uno de un asa, una enorme cazuela metálica, gritando a los cuatro vientos repetidamente palabras en búlgaro que no hay quien las entienda (creo que decían "kukuruxa" o algo así). Bien, al final desciframos el fenómeno, la cazuela está repleta de mazorcas de maíz cocidas, a las que le echan un poco de sal y listas para servir, para disfrute de los autóctonos. En serio, no os podéis imaginar la de gente que les para y les compra las mazorcas de maíz, es super típico y a l@s niñ@s en general parecía que les gustaba mucho. Luego pasó algún otro portando bandejas con bollería, pero las idas y venidas con la cazuela de maíz eran continuas, como para hacer un buen brazo...
Quería recomendar también el chiringuito que está justo encima de esta playa, en pleno camino de tierra sin urbanizar, a la altura de mitad de la playa, se come de cine y muy económico, lo que hizo que la experiencia y estancia en la segunda playa que visitábamos de Ravda fue mucho más agradable y placentera.
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