Playa de Mataleñas

Instrucciones para experimentar Mataleñas:

-Déjate llevar. Concentra tu atención en un punto cualquiera. Aquí, fijes donde fijes tu mirada es un regalo para la vista.

-Inhala suave pero profundamente y percibe los aromas del mar, de la tierra (si está mojada mejor) y de la hierba.

-Escucha el canto de los pájaros, las olas rompiendo en las rocas y las hojas de los árboles mecidas por el viento.

-Siéntelo. Y ahora dime si eres la misma persona que hace una hora.

Para abrir bocado te dejo unas imágenes.

Una de las calas más bonitas del Cantábrico es esta playa urbana situada a medio camino entre el Faro de Cabo Mayor y el Campo de Golf de Mataleñas y Cabo Menor, en Santander.

A la playa se accede bajando unas escaleras. Es una playa pequeña y al estar situada cerca de la ciudad suele estar bastante frecuentada. Lo que más me gusta de ella, que en cierto modo la hace paradisíaca, es su agua clara y limpia. Ya desde la parte de arriba de la playa te puedes percatar de ello. ¡Ni el Caribe!

Es una playa de aguas bastante tranquilas, ideal si vas con niños. También es perfecta para ir los días que sopla el viento, ya que está muy bien resguardada.

Se trata de una playa de gran belleza, con solo 230 metros y situada en las inmediaciones de la ciudad de Santander, entre Cabo Menor y Cabo Mayor, ocupando una cala al abrigo de unos frondosos acantilados.

Es imprescindible pasearse este camino del faro, desde el hotel hasta el faro de Cabo Mayor, descubrireis preciosos parajes como esta cala ocupada por un solo surfista, y con unas divertidas olas para saltarlas.

Su acceso se realiza solo a pie por una empinada escalinata.

La playa de Mataleñas se encuentra encajada entre dos acantilados, en el paseo de la Avenida del Faro (muy recomendable también, por cierto).

Es una playa muy pequeña, pero espectacular. Una bajada de vértigo, aguas cristalinas, arena fina... Eso sí, cuidado con la hora a la que vas, porque al ser tan pequeña aparece y desaparece a antojo de la marea.

Alejado del 'bullicio' del Sardinero. Ideal si corre el viento porque está encajada en la roca. ¡Ánimo con las escaleras de bajada (que tendrás que subir después)!

Otro de esos grandes rincones de la bahía de Santander. Hay un pequeño campo de golf municipal en el alto.

Esta pequeña playa esta cerca del faro de Santander, y aunque hay que bajar una infinidad de escaleras, el lugar es muy agradable y el agua suele estar muy limpia.

Quizás no conoces el golf o incluso piensas: no me gusta. Error. Si descubres Mataleñas y pruebas a agarrar un palo en ese entorno, quedaras hechizado de por vida. Pero no te pene, es un hechizo de fortuna, a partir de ese momento tu felicidad ira aumentando con cada paso, golpe, e incluso mierda de golpe, que puedas dar. Nacer como aficionado al golf en un lugar como Mataleñas es un privilegio.

Y repetir las visitas turísticas cada vez que se pueda, también. Yo no se si los lugareños (mataleñeros los llamo yo) que lo disfrutan 365 días al año, se llegan a dar cuenta de lo que tienen allí.

Escondida en un recodo está esta tranquila calita, ajena de la multitud.

La playa más bonita de Santander. Merece la pena bajar hasta ella sin ninguna duda (y también subirlas). Unas vistas inmejorables.

No conocía esta playa y la descubrí este domingo. Es preciosa y muy bonita, eso si acabas cansada, sobre todo al subir la tanda de escaleras que tiene.PERO MERECE LA PENA!!!!!

Desde pequeño, siempre la tuve cerca, cuando quieres pensar simplemente observas su belleza desde